Cómo construir un “Steinmandl”
El pasado 14 de noviembre los alumnos de 2ºD y 1ºPMAR construyeron un «Hombre de Piedra», una técnica educativa traída de los Alpes austriacos.
El planeta Tierra en que habitamos está hecho de rocas. Una gran cantidad de rocas que, atendiendo a sus colores, formaciones o densidades pueden ser muy diferentes; pero que, en conjunto, forman una sola cosa: la litosfera.
Nosotros, como las rocas, también somos personas muy diferentes, cada uno de nosotros con nuestro aspecto y nuestra personalidad. Sin embargo, en clase pudimos comprobar que, por muy diferentes que seamos, siempre podemos encontrar algo en común que nos une.
La actividad que realizamos consistía en formar un círculo enlazado de modo que cada persona se iba uniendo al círculo siguiendo las siguientes pautas:
Empezamos por la profesora, que dijo una frase sobre sí misma: “tengo un hermano mayor”. Entonces, todos los alumnos que también tuvieran un hermano mayor podían ir a enganchar su brazo con el brazo de la profesora, pero solo el que llegara primero lo conseguiría. Posteriormente, dijo otra frase: “toco un instrumento musical”. Y de la misma manera su otro brazo quedó enlazado a otro alumno. A continuación, era el primer alumno enlazado el que decía la frase sobre sí mismo. Y así sucesivamente, siguiendo el orden de enlace, nos unimos todos formando un círculo. Pero el círculo aún no estaba completo, pues había que cerrarlo buscando algo en común entre los dos alumnos que se unieron en último lugar. Y como rocas unidas que forman la Tierra, fuimos personas unidas formando su proyección.
Después de comprobar que la diversidad y la unidad no están tan distantes, pasamos a trabajar la colaboración y cooperación entre compañeros: tuvimos la oportunidad de construir un “Steinmandl”. De las piedras separadas, pequeñas, irrelevantes y casi sin sentido, construimos un Hombre de Piedra, un símbolo de cohesión y cooperación.
Aprendimos que las personas unidas podemos traer algo significativo a la vida.